sábado, 12 de diciembre de 2009

Kabuki, un teatro de escapismo


Durante el aislamiento de Japón a principios del siglo XVII, nació una de las corrientes artísticas más representativas del país: el teatro Kabuki. Los movimientos, los colores y el sonido se acoplan en esta manifestación de cultura teatral melodramática, brillante y grotesca, que ha fascinado los sentidos por más de 200 años.


Esta representación que integra la música, la danza y la acutación, fue en un principio apreciada principalmente por comerciantes, espectadores hambrientos de emociones y lujosas exhibiciones. Los vestuarios, las ornamentas, el elaborado maquillaje y los complicados movimientos son hasta nuestros días sellos característicos de esta forma teatral.
Entre dramas y comedias, se contaban relatos y mitos del país, en donde el tema favorito era la superación del plebeyo sobre sus superiores con su ingenio en el amor o en el combate físico. Aunque algunas obras Kabuki trataban problemas propios de la época, las producciones eran estilizadas en extremo y vinculadas a la tradición.


Un elemento representativo de este teatro japonés, y que persiste actualmente, es el hecho de que las mujeres tengan prohibido participar en él. En 1629 se prohibió a las actrices aparecer en el teatro Kabuki al descubrir el gobierno que muchas estaban ejerciendo la prostitución fuera del escenario; el gobierno temió que las actrices provocaran una decadencia en la moral pública, por lo que decretó dicha prohibición.
Mezcla de diferentes artes, unificación indisosiable de la expresión humana llevada al escenario, eso es el Kabuki, una tradición que continúa apelando a los organos sensorios de quien tiene la fortuna de presenciarlo.
じゃまたね

No hay comentarios:

Publicar un comentario